Txarly Romero. Inquieto emprendedor
La música, cuanto más alta mejor
Txarly Bravo, Huracán romero… diferentes nombres para hablar de este escapista y maestro del disfraz que es Txarly Romero, licenciado en Ciencias de la información y santutxuarra de pro, miembro de la Peña El Bombín y que, durante muchos años y desde su tierna infancia, fue socio del club de fútbol de su barrio que ahora cumple 100 años. Sin salir de Santutxu, este inquieto emprendedor, trabajó en bares como el Donja, el Gasteiz y fue el ideólogo de La Nube y de las afamadas sesiones dominicales Rabba Rabba hey!, que luego ha trasladado al resto de locales donde ha estado como el Satélite T o Nave 9, su actual proyecto y en el que este mismo mes cumplirá su primer año. Para celebrarlo, Txarly tiene preparada una fiesta muy especial que tendrá lugar los días 14 y 15 de Abril y en la que podremos disfrutar de buena música de la mano de bandas que ya se han convertido en cómplices de las fechorías de este culo de mal asiento.
¿Cómo empezaste en el tema de organizar conciertos?
Fue un paso lógico, primero fui un devorador de música, (radio, T.V, revistas), después me aficioné a ir a conciertos, y luego, en cuanto pude, intenté unir todo: poner la música que me gustaba y montar conciertos que me motivasen. El paso lo di cuando volví de trabajar en USA y surgió la oportunidad de pillar un local en Deusto que reunía las condiciones, el IZANGOAN, un bar histórico de la noche y la madrugada del viejo y añorado Bilbao, aunque luego resultó que las condiciones las cumplía en mi cabeza pero no a nivel legal.
¿Estaba la situación peor que ahora para hacer conciertos?
Sinceramente no lo sé; por aquel entonces me podían más las ganas que los conocimientos, yo empecé a montarlos porque me gustaba y no me paré nunca a pensar en las cuestiones legales, por eso los conciertos duraron muy poco en mi local. Pero entonces busqué otros sitios para hacerlos y así descubrí el X-treme de Santurtzi, el Plateruena, monté en el Antzoki de Bilbao, en el Crazy Horse, en el Billy Pool… allí donde me dejaban y cuadraba intentaba hacer algo. Igual repasando antes era más fácil, pero por pura inconsciencia, ahora la gente se lo piensa más, conoce mejor el tema legal y sabe que un concierto tiene que cumplir unos requisitos que hay que tener muy en cuenta si no quieres que la cosa acabe mal.
¿Si cogieras otro local ahora mismo ya no podría ser sin ofrecer música en directo?
Claro que podría ser sin conciertos, me tendría que motivar por alguna otra cosa y, cuando me picase el gusanillo, siempre podría intentar montar algo en otro sitio como he hecho otras veces. Todavía me acuerdo del concierto que monté hace un par de años en un baserri de Ziortza con The Baboon Show encima de un remolque y ahora ese mismo grupo llenan el Antzoki, por ejemplo.
¿Es muy complicado hoy en día organizar conciertos?
Para mí es muy complicado, porque yo me lo guiso y yo me lo como. Lo explico: hablo con la banda, negocio las condiciones, muchas veces me encargo del diseño del cartel, de pegarlos, de buscar alojamiento, de coordinar los temas técnicos, de la difusión en medios, de diseñar las entradas, de distribuirlas, recogerlas, del catering , de recibir al grupo , de estar controlando la entrada del concierto , de que la prueba de sonido salga bien… y podría seguir, eso sí, hasta ahora no les he tenido que meter en la cama a ninguno ni a ninguna, ni llevarles en coche, pero eso es porque no tengo carnet (risas). A todo eso súmale los requisitos legales. La verdad es que a mí casi siempre me compensa, pero sobre todo a nivel anímico más que monetario.
Como me contabas antes, aparte de programar en tus locales también has organizado conciertos en otros recintos, y creo que ahora tienes algo importante entre manos…
Sí, ya te he citado antes alguno. Casi siempre ha sido por buscar algo más grande a lo que tenía en cada momento o por probar cosas nuevas. A día de hoy ando metido en la producción del próximo concierto de Pablo Milanés en el Palacio Euskalduna, que creo que es un salto cualitativo muy grande para mí.
¿Crees que ahora estamos viviendo un buen momento en que los bares cada vez intentan hacer más cosas?
Aunque parecía que se iba a dar un poco más de libertad a los hosteleros a la hora de poder organizar actividades, la cosa sigue dura. Me imagino que, hasta que no salga la ley que incluya un nuevo ordenamiento que esperemos sea más permisivo, la policía tiene que seguir actuando como hasta ahora porque no le queda más remedio que hacer cumplir la normativa vigente, están obligados a ello aunque a veces no lo entendamos.
¿De todos los locales que has tenido, cuál recuerdas con más cariño?
Sin duda, el Izangoan porque es donde más majaradas he hecho con diferencia. Era complicado hacer conciertos por temas de permisos y de características del local, pero lo suplíamos con imaginación y fiestas muy locas. Eran mis principios y pensaba que, si no lo intentaba me quedaría con las ganas, así que hice lo que se me ocurrió, lo que pude y lo que me dejaron hacer.
¿Cuál crees que es el mejor concierto que has organizado?
Creo que el mejor siempre está por llegar, a mí me gustaría poder hacer uno en el que dijese las bandas que quiero que toquen y no hacer más, es decir, no preocuparme de nada más que de disfrutar del concierto, como cuando voy a ver los de los demás, pero eso es imposible cuando lo monta uno mismo.
¿Y en qué concierto has disfrutado más como público?
Tampoco podría decir ninguno en concreto; la cosa ha ido por etapas y, por ejemplo, me he tragado decenas de conciertos de los diferentes grupos de Evaristo y siempre pensaba que eran los mejores; pero también recuerdo los de Ke No Falte con toda la cuadrilla y medio Santutxu desplazándonos cada vez que tocaban, o el funeral de MCD, o Lagartija Nick en La Nube por lo que significaba para mí tener ese grupo en un bar tan familiar… pero hay un montón.
¿Has vivido momentos tan duros en los que te llegaras a plantear la idea de dejar de hacer esto?
Cuando me cerraron el Izangoan me jodió mucho, como cada vez que venía la policía porque sabías que algo habías hecho mal (risas), porque siempre es culpa de uno o casi siempre (más risas). Hay cosas que hacía antes y que ya no haría, pero son errores de juventud que se hacen por no saber.
¿Cómo ves la situación actual en Bilbao?
Me parece que está sobre saturado de conciertos en determinados estilos, pero creo que todo el mundo sabe lo que hay y que nadie debería sorprenderse cuando algunos dejen de programar periódicamente y lo hagan de manera esporádica. Luego también están los “eventos” que son reuniones sociales, más que conciertos propiamente dichos, que parece que se llenan siempre y no me suelen interesar mucho. A nivel noche cada día lo veo más aburrido, creo que todo se está homogeneizando y hay pocas alternativas diferentes, también es verdad que me hago mayor y cada vez entro antes en casa, porque salir salgo casi siempre.
¿Y como santutxuarra cómo ves el tema en tu barrio?
Pues añoro unos cuantos locales que servían de dinamizadores culturales y le daban vida al barrio, voy a poner un par de ejemplos: el Zarata, un espacio que se echa mucho de menos por original y porque era un nicho de un montón de iniciativas, o el Sorgintzulo, que estaba en pleno centro del barrio y, te gustase o no, le daba mucha vidilla. Hay otros que continúan pero que han tenido que dejar de hacer cosas o, por lo menos, no tienen la repercusión de antes como el Luber o el Pecata Minuta; tan solo La Nube continúa con una programación continuada de conciertos, con un listón muy alto que supera cualquier iniciativa oficial a nivel musical en el barrio.
Yo creo que falta un auditorio o un espacio para eventos de todo tipo: musicales, danza, presentaciones o reuniones de colectivos, acorde con el tamaño del barrio y la cantidad y calidad de colectivos que alberga.
¿Crees que hay espacios para hacer algo así en Santutxu?
A bote pronto, se me puede ocurrir aprovechar la que parece aprobada reforma de la campa de Basarrate… no sé, la verdad es que eso es cosa de los gobernantes, pero creo que, si se lo proponen, lo encuentran y el barrio necesita algo así, algo fijo y con gran tamaño.
¿Piensas que esta es la necesidad más urgente para el barrio?
No sé si la más urgente, pero está claro que la potenciación de eventos da vida a los barrios y los une con el resto de la ciudad. No creo que las distancias se acorten sólo con el transporte, sino también creando interés para que la gente se acerque o no se vaya y, para lograr esto, tener un espacio específico facilitaría las cosas. Lo que sí creo es que se utilizaría de manera constante.
Hablando de tu actual local, ¿Qué tal la experiencia de este primer año al frente de La Nave 9 del Museo marítimo?
Pues todavía estamos construyendo la idea, ha pasado un año y, sinceramente, siento que acabo de aterrizar. Es un espacio con unas características totalmente nuevas para mí y estoy asimilándolo. La Nave 9 no es sólo la cafetería de un Museo, queremos que sea un concepto y para ello contamos con el propio bar, el Auditorio y el espacio exterior. Como te digo todavía no hemos realizado nada de lo que tenemos pensado salvo los conciertos que ya son más de 50 así que imagínate, lo mejor está por llegar y seguro que con el apoyo de la dirección del Museo, que ha apostado fuerte por el proyecto, lo conseguiremos.
¿Cuáles son tus proyectos inmediatos?
Pues hasta ahora ya he quemado bastantes etapas, sobre todo de potencia (risas), y ahora quiero acabar de asentar la Nave 9 en el panorama bilbaíno, ya que como he dicho nos queda todo. También me han propuesto colaborar en un pequeño festival en una localización muy especial para mí que espero que salga adelante; y también me gustaría cumplir uno de los sueños de mi amatxu, que es sacarme el carnet de conducir para que la lleve de paseo (risas), lo de cantar o montar un grupo lo dejo por imposible.
¿Hay algún grupo que te gustaría traer?
Te podría hacer una lista muy muy larga y cuando los hubiese visto te haría otra, así que con los que pueda y se dejen me tendré que conformar. La verdad es que hay muchos que me gustaría que se volviesen a juntar, pero eso es un síntoma de que me estoy haciendo mayor y lo mejor de todo es que, aunque pierdo algo de vista, el oído por ahora lo mantengo bien y eso que lo he maltratado mucho.
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