Más de 70 años ofreciendo calidad y servicio
DERBY es uno de los referentes en la moda bilbaína y uno de los grandes representantes del comercio local del botxo. Más de 70 años al pie del cañón avalan la calidad y el buen hacer de la familia Gardeazabal, lo que repercute en la confianza que el bilbaíno ha puesto en la marca a lo largo de este tiempo. Rafael Gardeazabal es, junto a sus primos, uno de los responsables del negocio familiar y también es el actual presidente de BilbaoDendak, la agrupación encargada de velar por los intereses de los comercios locales.
Más de 70 años de Derby, en tu caso toda una vida. ¿Cómo recuerdas tu infancia?
Respecto a DERBY, mi infancia la recuerdo con mucho cariño. Íbamos a buscar a mi padre a la tienda de la Calle Correo o a la de Urquijo y veíamos un comercio con un taller lleno de máquinas de coser y gente trabajando.
El Casco Viejo era para mí un laberinto de calles y gente, y la tienda de Urquijo era inmensa y llena de rincones donde jugaba con mis hermanos al escondite. Mi padre y mis tíos trabajaban duro y no había horarios, se cerraba cuando se iba el último cliente. En los días previos a Navidad, el horario sí que era infernal, puesto que raro era el día que llegara antes de las 10 de la noche.
¿Cuándo comenzaste a trabajar en la tienda? ¿Tenías claro que querías seguir con el negocio familiar?
Comencé a trabajar en la tienda con 23 años, después de finalizar mis estudios de COU Y selectividad. Después estuve un tiempo en EEUU aprendiendo inglés y estudiando marketing. Fue allí, en EEUU, donde decidí sin ninguna duda, que quería trabajar en el comercio familiar.
En la familia Gardeazabal, el comercio ha sido más una pasión que una profesión y, tanto yo como mis dos primos, Alfonso y Roberto, hemos vivido lo unidos que estaban nuestros padres, y el nexo de unión no era otro más que la tienda. Además, eran los tiempos gloriosos del comercio en Bilbao, tanto la Gran vía como sus calles aledañas estaban repletas de clientes. Todo esto hacía que la profesión de tendero para nosotros fuera como lo mejor que nos podía pasar, creo que jamás me arrepentiré de aquella decisión. En las comidas familiares era habitual escuchar a nuestros padres contar “batallitas” de cosas que pasaban en la tienda o incluso de bromas que se gastaban. Recuerdo que una vez contaban cómo mi abuelo, D. Jesús Gardeazabal, que era una persona muy bromista, jugando una partida de mus en el taller, se las ingenió para que a una persona muy hipocondriaca que estaba jugando con ellos, le cogieran el sombrero y se lo estrecharon durante la partida. Cuando acabaron y se puso el sombrero, al ver que no le entraba, le dijeron que tenía la cabeza hinchada y lo mandaron al médico (risas).
¿Cómo has visto la evolución del comercio en todos estos años?
No tiene nada que ver lo de antes con lo de ahora. En aquella época el surtido de ropa era mucho menor que ahora y, para que os hagáis una idea, las camisas de vestir se reducían a tres colores: blanca, azul y crema… no había más variedad.
Éramos varios los comercios que teníamos el mismo tipo de cliente: Echegaray, Alonso, Serantes… y todos éramos buenos amigos y competidores. Nosotros éramos los únicos que teníamos Sastrería y Camisería a medida, lo que nos daba el punto diferencial con los demás. Cuando yo entré en el negocio familiar, todavía el “buen vestir” o el “gusto de Bilbao” eran palabras mayores. La gente valoraba y entendía el estilo de Bilbao, y creo que ése es el mayor cambio que ha habido, hoy en día hay más gente que se tapa en lugar de vestirse.
Además, los hábitos de consumo se han derivado al ocio o a la tecnología, dejando el camino libre a las empresas de distribución que únicamente tienen como gancho el precio sin dar ningún valor a la calidad.
Primero fue el boom de los centros comerciales y ahora la venta por Internet, parece que todo son obstáculos para el pequeño comercio…
Los pequeños comercios estamos viviendo nuestra propia reconversión, y debemos saber que Internet ha venido para quedarse, tenemos que ser inteligentes, y saber aprovechar las oportunidades que nos brinda.
En DERBY en particular, nos especializamos en aquellas cosas que Internet tiene más difícil, como es la sastrería y la camisería a medida, pensamos que ese tipo de especialización no la puede ofrecer la venta online con la garantía de satisfacción que ofrecemos nosotros, por ahí debemos seguir. Respecto a los centros comerciales, es un boom que realmente ha existido, pero también creo que hemos convivido sin problema, puesto que la competencia era en igualdad de condiciones. El problema es que ahora Internet se ha convertido en una selva donde, realmente, no sabes de dónde viene lo que compras, ni donde tributa, es más, ni siquiera sabemos si tributa. Esto hace un daño tremendo, no sólo al pequeño comercio, sino también al consumidor que realmente está desprotegido. Además, a nivel de ciudad, no aporta nada enriquecedor.
¿Cuál es el truco para llegar a cumplir 70 años con la persiana abierta en esta situación?
Como dirían nuestros padres, ¡el truco es ser de Santutxu! (risas). Mi familia vivió durante muchos años en la calle Santutxu y, a modo de anécdota, te diré que la placa con el nombre de la calle que estaba en la fachada de su casa, hoy en día está en casa de mi madre.
Bromas aparte, nosotros tenemos la suerte de que somos la tercera generación que lleva el negocio, y el camino nos lo dejaron muy sembrado la anterior. CALIDAD, SERVICIO Y PRECIO, no hay truco, debemos atender al cliente con profesionalidad y darle aquello que las grandes franquicias no pueden ofrecer. Además, en DERBY estamos tres primos trabajando duro y hacemos un buen equipo.
¿Por qué decides presentarte al cargo de presidente de BilbaoDendak?
Fueron varias las personas que me lo pidieron, gente honesta y trabajadora que pensaban que podría aportar cosas positivas a la plataforma. El ser elegido en votación por colegas comerciantes es un aliciente y, además, hay una nueva generación de gente que está aportando nuevas ideas que, entre todos, debemos implementar. Estamos en un momento clave para el pequeño comercio y todos debemos arrimar el hombro. Creo que BILBAODENDAK es una plataforma que puede aportar muchas cosas al comercio, no sólo en materia de formación, promoción del comercio o gestión, sino como interlocutor con las instituciones. Como te he dicho antes, por desgracia la solución a nuestros problemas no pasa sólo por los comerciantes, sino que mucho va a depender de las decisiones que se tomen a nivel institucional y creo que ahí debemos estar bien representados.
Bilbao está en un momento de expansión tremenda, piensa en la llegada del TAV o en el proyecto de Zorrozaurre o la estación intermodal. En todas éstas intervenciones urbanísticas va a haber espacios de actividad comercial que hay que gestionar bien, porque van a afectar directamente al comercio local, incluso al comercio de los barrios, por lo que BILBAODENDAK debe tener voz en éstas decisiones, puesto que representamos a una parte importantísima de la ciudad. Ten en cuenta que el comercio representa el 10 % del empleo local y, aproximadamente, el 11 % del PIB.
En tu cargo de presidente de Bilbaodendak has tenido la oportunidad de conocer a muchos pequeños comerciantes. ¿Cómo ves el comercio en nuestros barrios?
El comercio de barrio está pasando por un mal momento dado que debe competir con “el centro”, donde se instalan las grandes franquicias. Nuestra labor como BILBAODENDAK debe ser explicar lo que significa comprar en tu barrio o en grandes cadenas. Cada euro que gastamos en nuestros barrios se queda íntegramente en el barrio, y lo que compras en franquicia, nadie sabe dónde acaba. Debemos transmitir continuamente el mensaje de que EL COMERCIO LOCAL ES VIDA PARA LOS BARRIOS, no cabe duda. De todas formas, también hay que ser lo suficientemente optimistas, ya que el comercio local de Bilbao es de una calidad que supera con creces a muchas ciudades cercanas a nosotros. Además, como decía antes, las nuevas oportunidades que se van a desarrollar en los próximos años en Bilbao van a suponer una ocasión que tenemos que saber gestionar para que el beneficio de éstas recaiga en nuestras tiendas y en nuestros barrios. Ésa es la clave de futuro para nuestro comercio.
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