Como ex alumno y miembro del AMPA de Maristas, Patxi ha pasado muchos años en el colegio de Iturribide y este año acaba de publicar un libro en el que se recopilan recuerdos y anécdotas relativas al colegio para conmemorar el centenario del centro educativo.
100 años de recuerdos y anécdotas
¿Cómo se te ocurre la idea de hacer este libro sobre el colegio Maristas?
A mí siempre me ha gustado ser participativo, sobre todo cuando se me quitó la timidez y por eso, cuando mis hijos se metieron en el colegio me metí de lleno en la primera asamblea general del AMPA porque yo creo que el padre y la madre están para defender los derechos del niño hasta donde se pueda, en este caso desde el AMPA. Un día, hablando con la directora le dije a ver si le parecía oportuno que hiciera algo para el centenario, pero antes de hacerlo yo quería saber cuanta información existía. Cuando vi que había suficiente material para un libro, me decidí a hacerlo con el consentimiento de la directora y puse la condición de no cobrar nada por el trabajo y que, si se editaba, el precio fuera tan sólo el coste de editarlo que a la gente no le resultara gravoso adquirirlo
¿Habías realizado algún trabajo similar anteriormente?
Sí, este es mi cuarto libro. Comencé con uno sobre una fundación sin ánimo de lucro que hay en Karrantza, que es la residencia de ancianos, que nace del testamento de un señor que deja mucho dinero para crear un asilo-hospital en un municipio encartado porque a mediados del siglo XIX no había ningún lugar de ese tipo. Su albacea, después de investigar, decide que el municipio más necesitado era Karrantza porque estaba muy apartado; luego hice otro libro sobre el colegio Hijas de la Cruz, me gustó la historia porque en el siglo XIX las niñas no iban al colegio, sólo los niños. La creación de esta fundación, que luego se convirtió en colegio, que fue posible gracias a las donaciones de las mujeres de los ricos de Bilbao, permitió escolarizar y acoger a las niñas y mujeres de la calle. Lo importante de la historia es que un montón de chicas de Bilbao aprendieron aquí, no sólo a coser, sino a leer, a escribir, a sumar, a restar, a multiplicar y a dividir, algo que fue como el despertar de los derechos de la mujer. Finalmente, también colaboré en la biografía de un niño de la guerra, una historia super bonita sobre un señor con tres carreras gracias a la Unión Soviética y que fue un coreógrafo muy prestigioso de ballet clásico que incluso se estudia en los conservatorios.
¿Ha sido muy complicado encontrar información para hacer este libro?
Ha habido muchas horas de investigación, he tenido que ir a varios archivos… hasta a la de la casa madre de los Maristas en Lardero. En el colegio de Iturribide se guardaba poca información, y en la Plaza Nueva todavía peor porque ese colegio fue, durante unos meses, cárcel y se quemaron muchas cosas anteriores a la guerra civil. Quizá la manera de pensar del fraile es más de guardar que la del seglar o, por lo menos, es con lo que yo me he encontrado.
A la hora de escribirlo he intentado ser lo más objetivo posible con lo que me he encontrado y reconozco que no es un libro fácil de leer para alguien que crea que se va a encontrar con una novela, porque este es un libro de investigación.
¿Te ha llevado mucho tiempo escribir el libro?
Empecé en Navidades de 2015 y la verdad es que sí que he invertido un montón de horas en este proyecto. Muchos días me daban la una de la mañana porque me ponía con ello después de acabar las cosas de casa… y luego, al día siguiente me tenía que levantar a las 5.45 para ir a trabajar. Me iba poniendo objetivos diarios para ir avanzando y luego había que pasar por la parte de corrección; ha habido muchos capítulos que, finalmente, no se han publicado y cosas que han cambiado porque iba encontrando datos nuevos en el archivo.
¿Qué significa para ti Maristas?
Pues, básicamente, el colegio donde he estudiado, donde han estudiado mis hijos y donde he estado muy a gusto, quizá yo no tenga ese “carisma marista”, pero a mí me enseñaron muy bien y me gustaba como era el sistema.
Con toda la oferta de centros educativos que hay en el barrio, ¿por qué decides llevar a tus hijos a Maristas?
Cuando tuve a mis hijos, decidí llevarlos a Maristas porque he visto que la manera de educar a los niños en este colegio es la adecuada, creo que están más vigilados y, sobre todo, más cuidados a muchos niveles. La verdad es que eso fue lo fundamental a la hora de tomar la decisión a pesar de que, desde que acabé a finales de los 70 hasta que dos décadas después volví para pedir información para mis hijos, no había vuelto a tener contacto con el colegio. Creo que a mis hijos les ha ido muy bien.
¿Notaste muchos cambios en todo el tiempo que pasó desde que dejaste el colegio hasta que volviste con tus hijos?
Bueno, no tanto. El salto más grande fue que llegó el euskera y que nosotros éramos más de 50 alumnos en cada clase y mis hijos no llegaban a 30. Pero la verdad es que no noté mucho cambio porque este colegio siempre ha sido élite.
Para terminar, cuéntanos dónde se puede conseguir el libro.
Sólo se han hecho 500 ejemplares que se pueden conseguir en el mismo colegio.
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