José Serna Andrés. Escritor
“Ciclo de vuelos bajos” es el título del último trabajo de José Serna Andrés, uno de nuestros escritores más prolíficos ya que, a lo largo de su carrera, este licenciado en ciencias de la información y teología, ha escrito diferentes poemarios, novelas y relatos, aparte de colaborar habitualmente en medios como Deia o el periódico Bilbao. Un auténtico todoterreno de la escritura cuya vinculación con Otxarkoaga es más que evidente ya que es parte activa de Goizalde, grupo scout del barrio.
¿Cuándo y cómo empieza tu afición por escribir?
Pues mira, yo hice el bachiller en el seminario de Derio. No es la única razón, pero Don Pablo Bilbao Arístegui nos dio clase de literatura, y a mí me llamaba la atención su sencillez y sus contactos con Juan Ramón Jiménez y otras personalidades de las letras. Más tarde coincidieron algunos de nuestros escritos en el periódico Bilbao; no tuve mayor relación con él, pero me ayudó a pensar que escribir merecía la pena. Comencé escribiendo poemas, un diario de adolescencia y también en revistas a ciclostil tanto en Derio como en Torre Urizar, mi barrio, donde comencé a tener relación con el movimiento scout. Luego maduró todo esto con mi participación en la revista Goitibera.
¿Qué es lo que más te gusta de la escritura?
La escritura es un sifón que te ayuda a sacar hacia afuera lo que tienes dentro, pero también te ayuda a cocinarlo un tiempo, a cultivar el interior, leyendo, contrastando, porque al expresarte por escrito haces el esfuerzo de rigurosidad para que lo que dices sea significativo para ti y para alguien. También te remueve por dentro la sensación de belleza, la curiosidad, la admiración, la indignación, la solidaridad y si te lo tomas en serio y quieres conocer lo que otras personas escriben o dicen sobre el tema que en ese momento bulle en tu interior… es un no parar. Te engancha. Desde mi punto de vista, no hay escritura desde las nubes y para las nubes.
En cuanto a lectura, ¿tienes algún autor favorito o que te haya influido?
Ya sé que hoy no vende mucho lo que voy a decir, pero he encontrado fuentes de inspiración en la Biblia, concretamente en los Salmos, el Libro de Job, los Evangelios y, últimamente, el Cantar de los cantares. Cada una de estas fuentes se ha hecho palabra en un libro. Juan Ramón Jiménez, Lorca, Miguel Hernández, Machado, León Felipe, Blas de Otero, Neruda, Gamoneda, Valente… son también referencias, fuentes que van dejando su impronta y te ayudan a quitar la sed.
Novela, poesía, relatos, columnas… ¿en qué registro te encuentras más cómodo?
Es fácil deducir de las referencias indicadas que me encuentro más cómodo en la poesía. Es, para mí, la literatura por excelencia. El lenguaje poético es el lenguaje original. Hay quien dice que la poesía busca la armonía de las palabras porque se ha preocupado por la rima, pero puede haber rima sin poesía. Lo que resulta propio de la poesía es la armonía de las imágenes; por eso tiene un lenguaje propio que a veces no se entiende a primera vista, como no se entienden a primera vista otras manifestaciones artísticas como la pintura, la música, la danza, el teatro y el cine, porque cuando este lenguaje se manifiesta en profundidad va más allá del acá. Es una forma de estar en la tierra mirando al cielo.
¿De dónde sacas las ideas para tus escritos?
Saco las ideas de la vida, de la calle, de los medios de comunicación, de las lecturas, de las inquietudes personales. Dos libros de cuentos, Cuentos educativos y Cuentos para pensar –Ipuin Esperimentalak en la versión en euskera-, son una recopilación de cuentos surgidos y trabajados en el grupo scout Goizalde de Otxarkoaga, donde sigo comprometido. Una novela tiene su origen en la dificultad de entender el caso de un joven de Otxarkoaga al que le lavaron el cerebro en una secta destructiva. Dediqué mucho tiempo a estudiar un problema complejo: asistencia a congresos, entrevistas, documentación… La persona afectada vivía en Otxarkoaga, y ahora reside en Txurdínaga, pero sigue destrozada su vida. A veces le llaman fuente de inspiración a un trabajo de investigación. En los poemarios es la vida misma la que te lleva a escribir. Los relatos parten también de experiencias propias o de personas conocidas, Y en los artículos de prensa -Bilbao, Deia-, es la misma actualidad la que te obliga a posicionarte, a contrastar otras ideas y, por supuesto, a buscar más información sobre cada tema, porque unos pocos artículos se escriben de un tirón,pero otros requieren mucho trabajo, y aun así, siempre te queda la impresión de escribir sobre lo que no sabes.
¿Tienes alguna rutina de trabajo a la hora de escribir?
A la hora de escribir necesito mucha concentración. A veces me interrumpe cualquier circunstancia y, cuando vuelvo al tema, necesito un nuevo precalentamiento. Hoy suena raro hablar de un archivo con artículos de periódicos y revistas en papel, y de una máquina de escribir que teclea con un sonido metálico particular, pero tener información y revisar y corregir un texto son elementos clave a la hora de elaborar un escrito. Hoy encuentras mucha información en la red, aunque debe ser contrastada, y a la hora de corregir un texto el ordenador es mágico. Cuando corregías algo con la máquina de escribir te lo pensabas dos veces, porque tenías que volver a escribir varias páginas de nuevo, y eso resultaba descorazonador. Poder corregir constantemente un texto te da más soltura a la hora de escribir sin contención pues resulta sencillo realizar cambios, pero si no llegas a poner un punto y final a un texto puedes tenerproblemas.
Ya has hecho poemas al barrio, pero…¿Pero cuándo un volumen completo dedicado a Otxarkoaga?
Hace años publiqué un poema a Otxarkoaga en una antología con poetas de aquí y poetas chilenos que, por cierto, se presentó en el Centro Cívico de Otxarkoaga. Hace no muchas fechas lo he ampliado y lo he presentado también en el Centro cívico, en un recital con la Asociación Artística Vizcaína. En el mes de mayo hay un encuentro en Gasteiz, cien poetas en mayo, y se edita ese poema en una antología de poesía relacionada con esas jornadas. Lo recitaré, también en Vitoria, el día 12 de mayo. En principio no he pensado en hacer un poemario sobre Otxarkoaga, pero en estas cuestiones nunca se sabe. Llevamos ya varios años que nos unimos varias personas del barrio y, en navidad, hacemos un recital de poetas de Otxarkoaga, con violines incluidos. Resulta una buena experiencia, pero mucha gente del barrio no se entera, o piensa que la poesía es de otro mundo, y de otro barrio, pero no es así.
En este último tiempo has publicado varios libros. ¿Sientes que estás en un momento especialmente prolífico?
La verdad es que ahora estoy jubilado y tengo más tiempo, pero los libros publicados -la mayoría de ellos se encuentran en la librería “Irune” de Otxarkoaga y “Gorri” de Txurdínaga- no son el fruto de un esfuerzo de última hora. Por distintas circunstancias coincide que se han juntado Ciclo de vuelos bajos al finalizar el año y la última presentación la he hecho hace pocas semanas, en Casa del libro, pero es un poemario que tiene una trayectoria larga de composición. El día 10 de mayo presentaré Amor de los amores en el salón de actos del Corpus; son más de trescientas páginas, y eso no se improvisa. Y por cierto, me acaba de llegar, ya editado, el poemario Quema el viento, de la editorial Baile del sol; también es un intenso poemario, de sesenta páginas, escrito a lo largo de varios años y que ha coincidido estos días, pero todavía no se lo he dicho a nadie más que Santutxu y +.
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