“Muchas gracias a los vecinos y vecinas de Santutxu”
(Si te perdiste la primera parte publicada en Mayo, pincha aquí)
Si ahora te digo que te doy el presupuesto que tú quieras para hacer la película que tú quieras. ¿Qué película harías y a qué actores contratarías?
Pues no tengo ni idea, porque cada proyecto es diferente. No tengo ningún proyecto ahora mismo que diga que quiero hacer. Lo que sí me gustaría es disponer del presupuesto que estimamos para cada película. Gernika estaba presupuestada en 10 millones, y al final se hizo con 6, por ejemplo
Es complicado conseguir el dinero, porque al final tienes que tirar de ayudas del ICO, ICAA, del Gobierno Vasco, de las televisiones que tienen obligado por ley invertir en el cine. En 70 Bin Ladens tenemos la participación de ETB, Televisión Española y Movistar Plus.
Una de las cosas que me llama la atención de ti, es que eres igual que cuando no eras tan conocido, ¿esa es la base de tu éxito?
¡Mi éxito es que no tengo éxito! (se ríe). Solo llevo 3 películas, he hecho muchas series y, ahora de repente, hay gente que me conoce porque me ha visto en los periódicos, en la tele, en algunas fotos. Pero mi vida sigue siendo la misma más allá de que pueda hacer lo que me gusta. Además esto del cine no da para hacerse rico ni mucho menos como puedas llegar a pensar. Y yo no voy a cambiar nunca de amigos, de ir a los mismos bares, restaurantes, comercios…
¿La gente es muy pesada?
No, a los directores no nos conoce nadie. El público pone cara a Alex de la Iglesia, Santiago Segura, Almodóvar, Amenábar y quizás a Bayona y Vigalondo, pero a mí no me conoce nadie. La gente en Santutxu gritaba: “¡¡Hugo, Hugo!!!”, y cuando Hugo no salía gritaban: “¡¡¡Koldo Koldo!!!”. Y cuando yo salía me decían: “Koldo, ¿Dónde está Hugo?”
Yo no sufro ni mucho menos a la gente. A mí mientras me respeten, me pidan las cosas con educación, y no esté con mi pareja o amigos y haya gente en la mesa de al lado haciéndome fotos… Nosotros nos debemos al público, que luego son los que van a ver las películas. Esto es para ellos.
¿Qué es lo más raro que te han propuesto rodar nunca?
Cuando terminé de rodar Bosque de Sombras, que era un thriller rural, con mucha violencia, muertes, una persona ahogada en un charco, y cosas así, lo siguiente que me ofrecieron fue rodar una comedia romántica en Cuba con Andy García. Yo no entendía que habían visto en Bosque de Sombras para que me ofrecieran una película de este estilo, porque lo normal era que te ofrezcan cosas que vayan por la misma cuerda que lo que te gusta, y en lo que tú te mueves.
Cosas raras que te regala esta profesión es rodar en el jardín botánico de Málaga haciendo las veces de Yucatán en México, con tribu de mayas incluida, para el Ministerio Del Tiempo, pero esa es la magia de esta profesión. Y nos agarramos a cosas que existen para hacer otras que no existen.
¿En qué momento pasas de ir al cine con tu abuela a decidir qué vas a coger una cámara y te vas a poner a rodar?
Yo creo que desde que vi Los Goonies, Star Wars, Superman y las pelis de mi infancia, yo siempre he querido coger una cámara y saber qué había detrás. Porque cuando eres niño te crees que todo esto es verdad, hasta que te das cuenta que esto es ficción, que todo se construye… Pero cuando vi Acción Mutante, de Alex de la Iglesia, me di cuenta de que se podía. Si esto lo ha hecho un tío de Bilbao, de mí mismo pueblo, con naves espaciales, gente que vuela, disparos… Ahí es cuando creo que mi cabeza hizo «clack» y dije: se puede. Se pueden hacer cosas como las que a mí me gustan como espectador.
Aparte de dirigir, dibujas, y muy bien, se te da bien la fotografía como podemos ver en tu Instagram, has tenido un bisabuelo arquitecto municipal, Pedro Ispizua, que trabajó bajo las órdenes del arquitecto Ricardo Bastida, y que es el creador de el Kiosko del Arenal, del mercado de la Ribera, del edificio del tigre, el teatro Ayala, la Ciudad Jardín, la escuela de Atxuri y el Colegio Luis Briñas entre otros. ¿es un don que tenéis en la familia?
Se me da mal bailar y pinchar música, en eso es bueno mi hermano Borja, que es una máquina. Yo solo sé cambiar de canciones. Se me dan mal muchas cosas. No soy capaz de quejarme cuando me atienden mal en un sitio, no sé, muchas cosas.
Dibujo, porque siempre he dibujado, mi abuelo también pintaba, pero no hay nadie más en la familia que dibuje. Y lo de hacer videos, empezó porque yo era muy malo con el skate, y era la única forma de disfrutar con mis amigos a los que se les daba muy bien. Y eso hizo que yo me pusiera a grabar y a editar videos. Y desde ahí, el paso del skate a la ficción fue relativamente lógico.
¿Siempre has rodado con el mismo equipo?
Uno tiende a rodearse de un buen equipo y a trabajar con quien ya conoces, y con quienes las cosas te han ido bien. Poco a poco te vas conociendo más, y con una mirada ya sabemos lo que queremos y cómo estamos. Y ellos me aportan cosas que yo no podría aportar al proyecto. Gente como Unax Mendía, Mónica Ausín, Fernando Velázquez…. Muchos somos ya como una gran familia.
Aparte de los vecinos que han hecho de extras, ¿cuánta gente de Santutxu ha participado en el rodaje?
Asier González, Speedy, de sonido, no ha podido participar en el rodaje porque se encontraba haciendo otro trabajo y me recomendó a Xanti Salvador, recientemente nominado al Goya por Handia, y resulta que los padres de Xanti viven en la misma Plaza de Haro, en un piso 11. Piso que hemos utilizado para el rodaje, y que supimos, después de elegir la plaza de Haro como escenario. Eso nos vino muy bien para la película, porque es asombroso el plano picado que nos da.
Eva Urquiza, que es una clásica del cine nacional, y una de las encargadas del vestuario, también vive en Santutxu.
Iñigo Bach, el maquinista, encargado de empujar la cámara y del travelling, también vive en Santutxu. Muchos figurantes… Y como curiosidad, un amigo gallego que venía a hacer un personaje, me comentó que se quedaba en casa de su primo, y casualidades de la vida, vivía a dos calles de la Plaza de Haro. Mira que Bilbao es grande. Y tiene un primo de Santutxu que al final también sale en la película, y lo vestimos de ertzaina.
También está Soraya Peña como actriz, que es la encargada de sacar a un personaje en ambulancia, donde pasan cosas que no puedo contar. Por lo que hay mucha participación santutxutarra en esta película.
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