Diversión, esfuerzo y solidaridad en la mejor compañía
Txakurbizi es un proyecto de David Razkin, profesor del colegio Maristas y que consiste en recorrer en bicicleta los 4.000 kilómetros que hay entre Bilbao y Bucarest, con un presupuesto de 10 euros al día y acompañado por su perro Kuba. La aventura también tiene un fin solidario, ya que David ha abierto un crowfunding con la idea de “vender” simbólicamente a un euro cada uno de los 4.000 kilómetros que va a recorrer y donar la recaudación al campo de trabajo que Maristas tiene en la capital rumana y donde él va a pasar un mes trabajando con los niños que allí están acogidos.
¿En qué consiste el reto Txakurbizi?
El reto es, por un lado personal y por otro, solidario. El reto personal consiste en ir con mi perro Kuba desde el patio del colegio hasta Bucarest en bicicleta, son 4.000 kilómetros con la complicación añadida de llevar a Kuba. Voy a hacer el viaje de la forma muy austera, evadiéndome de la sociedad y en comunión con la naturaleza, acampando y cocinando por el camino, con un presupuesto de 10 euros al día que, como no gastas ni en gasolina ni en alojamientos, es lo que yo he calculado por otros viajes parecidos que he hecho anteriormente como cuando fui en bicicleta a las finales de copa que ha jugado el Athletic.
En cuanto a la parte solidaria, me tengo que remontar a 2011 cuando estuve en el primer campo de trabajo con la ONG de maristas que se llama SED (Solidaridad, Educación, Desarrollo) que tienen diferentes campos de trabajo por todo el mundo: Bangladesh, Kenia, El Salvador, Guatemala… yo he estado ya tres veranos con ellos porque me encantó la primera vez que estuve con los niños en Guatemala acompañándoles, me dieron tanto cariño que regresé a casa con ganas de repetir y, de hecho, volví al año siguiente al mismo sitio y el siguiente a El Salvador. Así que, después de unos años sin ir, tenía ganas de vivir otra vez la experiencia; pero ahora tenía a Kuba y eso me ha condicionado a no poder ir a Kenia o a Bangladesh pero, por otro lado, ha hecho que le dé la vuelta a la situación y que lo convierta en un proyecto solidario de financiación porque yo estaré, aparte de los dos meses viajando, un mes de voluntario en Rumania. He pedido una excedencia porque lo que quería es estar allí y disfrutar del lugar y poder estar tranquilamente en el campo de trabajo.
Es otra manera diferente, pero muy bonita de pasar tus vacaciones ¿no?
Eso es. De todas formas, a mí no me gusta tampoco pasar unas vacaciones convencionales, sino que estos últimos años he ido en furgoneta o de mochilero, porque a mí lo de ir a países y no conocer a la gente no me gusta, me aporta mucho más ver cómo vive la gente que ver monumentos o iglesias, así que este año tengo muchas ganas de hacer este viaje.
Supongo que también tiene algo terapéutico esto de viajar así ¿no?
Totalmente, es una forma de terapia de esta sociedad tan vertiginosa en la que nos pasamos el día corriendo a todas partes con el móvil, la tablet… me apetece tomar un poco de distancia y disfrutar de todas esas cosas manteniendo solo el teléfono para lo justo, por una responsabilidad con la gente que me apoya en las redes sociales.
…Y qué mejor manera de hacerlo que junto a tu mejor amigo ¿no?
Sí, con mi perro Kuba. Me preguntan muchas veces a ver si no lo podía dejar aquí con alguien, pero es que yo me lo quiero llevar; evidentemente, es una complicación pero lo que me aporta es mucho más de lo que me complica y además, él es feliz entrenando conmigo. Nos ha costado encontrar la caja en la que va a ir pero ya lo hemos conseguido y creo que todo va a ir muy bien.
¿De qué manera puede colaborar la gente con el proyecto?
Por un lado, tenemos abierto un crowfunding solidario que estamos llevando a cabo junto a la fundación Kukumiku y que podéis encontrar en Internet; la donación se realiza por la venta de kilómetros y la idea es que, como voy a hacer 4.000 kilómetros, se recauden 4.000 euros, un euro por kilómetro. También se puede colaborar comprando las camisetas, las mochilas y las chapas cuyo diseño ha sido realizado por el profesor de plástica y que estamos vendiendo, sobre todo en el colegio y en la casa de cultura de Markina, donde yo vivo. Todas las ganancias son para el centro de acogida de Rumanía, que se llama Case ale Sperantei de Bucarest y donde hay 32 niños de 3 a 18 años. Con ese dinero vamos a poder asegurar temas de ayuda psicológica y actividades extraescolares que les sirven para evadirse del día a día y para trabajar las habilidades sociales.
¿Cuándo empieza la aventura?
La idea era salir el día 1 de julio pero hemos estado pensando que, como hay muchos alumnos que me quieren acompañar durante un tramo, será mejor salir el día 31 de junio desde el patio del colegio, porque es domingo y habrá más padres libres para llevar a los chavales.
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