Aquellos maravillosos años del Santutxu F.C.
Iñaki Dueñas llegó al Santutxu en los primeros años de los 80, después de su paso por el Barakaldo donde estuvo diez años jugando al máximo nivel, ya que se quedó a las puertas de conseguir el ascenso a Primera división. En el club de su barrio estuvo cuatro años compaginando las labores de jugador con las de entrenador, actividad que tuvo oportunidad de desarrollar durante años, no sólo en el Santutxu, sino también en multitud de equipos bizkainos.
¿Cuándo empiezas a jugar en el Santutxu F.C.?
Yo llegué en el año 1981 después de salir del Barakaldodonde estuvediez años, jugando en Segunda división a punto de subir a primera, quedando cuartos, la mejor clasificación histórica del Barakaldo. Cuando salí de allí, tenía varios equipos para elegir, pero cuando vino Grijalba, que es el que estaba entonces de presidente, tuve claro que quería venir al Santutxu porque era el equipo de mi barrio. Estuve cuatro años de jugador en Tercera, después me marché y volví en el 90 como entrenador. Recuerdo que fueron unos años muy bonitos, cuando en Maiona se jugaba al futbol, allí jugué contra el Barakaldo, el Eibar de Pizo Gómez… todos los equipos de Bizkaia y Gipuzkoa. Después de estar en el Santutxu acabé en el Deusto mi carrera como futbolista después de veinte años.
Pudiendo elegir equipo, ¿qué hizo que te decantases por el Santutxu cuando dejaste el Barakaldo?
Sobre todo, porque era el equipo de mi barrio. Yo llegué a Santutxu con siete años, cuando se hicieron las casas de Etxebarriay todo eran campas. En la pista de Etxebarria, antes de cogerla la agrupación de comerciantes, había un presidente de las casas, un tal Bárcenas que hacia equipos de futbol, de balonmano, de hockey… allí había equipos muy potentes, y en aquella pista muchos nos hicimos futbolistas porque entonces, la vida se hacía en la calle. Hasta los 16 años no nos pusimos unas botas de futbol, porque no había como ahora infantiles, alevines…Yo creo que tenía una deuda con Santutxu porque aquí empecé a jugar y por eso decidí venir aquí.
¿Cómo crees que ha cambiado el fútbol comparando con aquellos tiempos?
El cambio es muy claro: antes entrenábamos, pasara lo que pasara, porque amábamos el fútbol y sólo pensábamos en jugar porque era nuestra única salida y era lo único que había porque no había tantas distracciones como hay ahora. A la hora de sacrificarse y a la hora de saber lo que es el futbol por dentro, eso se ha perdido, ahora hay más medios y mejores condiciones, pero no hay tanta afición y sacrificio, los chavales se acomodan y es complicado que veas uno que viva por y para el futbol. Antes la calle nos hacía futbolistas, jugábamos a todas horas y, hoy en día, por suerte o por desgracia, tienen muchas más cosas. Lo que sí me gustaría decir a los padres es que muchas veces les castigan a los hijos quitándoles del futbol cuando van mal en los estudios, y eso es un gran error porque, al final, ni estudia ni hace deporte, algo que es fundamental en una edad de formación.
¿Cuál es el mejor momento que recuerdas en el Santutxu?
Como jugador, llegué en una época muy bonita en el que estábamos establecidos en Tercera división, pasaban por aquí todos los equipos buenos y había mucha afición en el barrio. Fueron años en los que, a la vez que estaba jugando, también entrenaba a un equipo cadete por lo que pasaba toda la semana en Maiona; el Santutxu ha sido uno de los equipos que mejor ha trabajado el futbol base y yo entendía que era una manera de corresponder al club de mi barrio. Esa época fue muy bonita y, como entrenador, también me tocó una época muy buena ya que conseguimos el ascenso a Tercera, así quetodo fueron satisfacciones en aquellos años.
Supongo que también habría tiempos peores…
Los peores momentos que recuerdo son las no renovaciones, porque fueron momentos muy duros para mí. Me dolió mucho la forma en que tuve que salir, aunque luego igual fue mejor porque después tuve un recorrido interesante como entrenador en el Erandio, el Barakaldo, el Iturri, el LLodio, el Etxebarri, Bakio…pero estoy muy contento con mi historia en el Santutxu, porque es el equipo de mi barrio y el que me hizo futbolista; yo le he devuelto lo que he podido y lo que me han dejado y, siempre que he podido, he estado vinculado al club.
¿Cuál es el mejor jugador que has visto?
En mi vida profesional tuve la oportunidad de jugar con Sarabia, yo de extremo y el de interior; era un hombre muy especial y tenía muchísimo gol, cerca del área era letal. También otro tipo de jugador muy bueno era Liceranzu, pero yo creo que el mejor con el que he jugado era Sarabia. En Santutxu, en mi equipo, teníamos un equipo muy equilibrado, con un gran entrenador y estudioso del fútbol como Mariano. Estábamos muy unidos, y por eso pasamos unas cuantas temporadas seguidas sin agobios en tercera división.
¿Se sufre más como jugador o como entrenador?
Como jugador, parece que a veces puedes solucionar los problemas, yo llevaba el 10 y está mal que yo lo diga, pero se supone que eras un jugador que podía decidir los partidos. Como entrenador tú dispones y en la pizarra todos ganamos pero después, en el campo, ya depende de lo que hagan los jugadores. Yo como entrenador disfruté porque coincidió una buena camada de jugadores y trabajar tres años con chavales de base y conseguir el ascenso es una satisfacción.
¿Cuál crees que es la clave para llegar a cumplir 100 años como el Santutxu?
La clave es tener gente que se dedique a ello, yo he tenido la suerte de haber conocido a los grandes presidentes que ha habido. Mitxelo ha tenido también mucho que ver, porque ha hecho un trabajo muy bueno con el fútbol base.
Para terminar, un deseo para el club en su centenario
Que consiga todos sus objetivos, sería bonito que se mantuviera en Tercera porque la labor de Marquitos ha sido una labor muy buena. También hay que desearles que el año del centenario sea muy feliz y que duren muchas temporadas, aunque nosotros no lo veamos que lo vean nuestros nietos.
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